Con el nombre de Tahona (del árabe tahona, molino) se hace referencia tanto al molino movido por caballería, como a la casa en que se cuece y vende pan.
Han ido evolucionando estos ingenios, que no sólo han sido utilizados para molturar grano sino también otras materias como el zumaque.
El empleo de animales en los molinos, unciendo un caballo o un mulo a un mango alargado unido a la piedra giratoria, se inicia en la Grecia antigua cuando la fuerza humana resulta insuficiente para mover las nuevas piedras, más grandes, con el fin de hacer frente al incremento de la población urbana.
Los animales de tiro para moler se utilizarán bastante a partir del siglo XIII ya que el invento de la collera y el nuevo sistema de atalaje permitirá una mejor utilización de la fuerza y mover por tanto maquinaria más pesada.
Las tahonas se siguieron utilizando hasta hace unos 70 años en que se abandonó el cultivo del zumaque debido al gran trabajo y escaso rendimiento económico que proporcionaba.
Los trabajos empezaban en agosto/septiembre, la época de la recolección. La planta se cortaba a ras de tierra, reuniéndose en pequeños haces que eran transportados. Posteriormente se tendían en la era para que se secaran bien y poder trillarlos, formándose una parva. Los troncos o “granzones” eran separados debido a su dureza, y se utilizaban para calentar las glorias y las cocinas .
Finalmente, la “harina” de zumaque se comercializaría con destino a las tenerías.
